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Introducción
Inviertes en sueros, cremas y humectantes potentes y de alta calidad para el cuidado de la piel. Tienes una rutina constante, pero ¿estás saboteando tus esfuerzos sin querer? Lo cierto es que la forma en que manejas los envases de tus productos para el cuidado de la piel juega un papel fundamental en la eficacia, la seguridad y la vida útil de tus productos.
Las bacterias, el oxígeno y la luz son los peores enemigos de tu cuidado de la piel. Una vez que un producto se contamina, puede causar brotes, irritación e inutilizar los ingredientes activos. Analicemos los tres tipos de envases más comunes y cómo usarlos de forma limpia e higiénica desde la primera aplicación hasta la última gota.
1. El salvador sanitario: Botellas con bomba sin aire
Los envases con dosificador son el estándar de oro para la higiene de los productos para el cuidado de la piel. Minimizan la exposición al aire y el contacto físico con la piel, preservando ingredientes delicados como la vitamina C, el retinol y los péptidos.
Cómo utilizarlos de forma higiénica:
Preparación correcta: Antes del primer uso, presione el dosificador varias veces hasta que salga el producto. Esto prepara el mecanismo sin contaminarlo.
Nunca retire el cabezal de la bomba: puede ser tentador sacar la última parte, pero al hacer palanca en la bomba se introducen bacterias y se rompe el sello hermético.
Límpielo: limpie periódicamente la boquilla de la bomba con un algodón humedecido con alcohol isopropílico para eliminar cualquier residuo o polvo.
Conservar en posición vertical: Mantenga siempre la botella en posición vertical para garantizar que el mecanismo funcione correctamente y el producto se dispense de manera eficiente.
Consejo profesional para "La última gota": Para aprovechar al máximo el envase con dosificador, desenrosque el mecanismo cuando esté casi vacío. A menudo, puede retirar el producto restante con una espátula limpia. Como alternativa, muchos dosificadores sin aire están diseñados para dispensar prácticamente hasta la última gota.
2. El gotero preciso (pero problemático)
Los goteros permiten controlar con precisión la cantidad de suero que se utiliza. Sin embargo, el proceso de volver a insertar el gotero en el frasco después de que haya entrado en contacto con la piel o las manos es una fuente importante de contaminación.
Cómo utilizarlos de forma higiénica:
Método de "Un Solo Uso": Nunca deje que la punta del gotero toque la piel, los dedos ni ninguna otra superficie. Apriete la pera, coloque el gotero sobre la palma o el dedo y suéltelo para dispensar el producto.
Evite frotar el cuello de la botella: al volver a colocar el gotero, evite rasparlo contra el cuello de la botella, ya que esto puede transferir bacterias desde el exterior hacia el interior.
Cerrar bien: Enrosque siempre la tapa firmemente inmediatamente después de su uso para limitar la exposición al aire.
Limpie el gotero: una vez a la semana, limpie el gotero con un paño rápido de alcohol isopropílico, teniendo cuidado de no sumergir la pera de goma.
Consejo profesional para "La última gota": cuando el gotero ya no pueda alcanzar el producto, vierta el suero restante directamente en su mano desde el frasco.
En el caso de las botellas de vidrio, a menudo se puede quitar el gotero para dejar al descubierto una pequeña abertura que facilita el vertido.
3. El tarro de boca ancha de alto riesgo y alta recompensa
Los frascos contienen algunas de las cremas más lujosas, pero son los envases menos higiénicos. Cada vez que se introducen los dedos, se introducen bacterias, saliva y otros microbios, lo que acelera la oxidación y el deterioro.
Cómo utilizarlos de forma higiénica:
USAR UNA ESPÁTULA: Esta es la regla más importante. Siempre use una miniespátula o cuchara limpia y seca para extraer el producto. Nunca use los dedos.
Lávese las manos primero: si debe usar los dedos (por ejemplo, si está de viaje), lávese bien las manos antes de sumergirlos.
Saque con una cuchara, no con un solo movimiento: tome lo que necesite en una sola cucharada en lugar de hacer girar el dedo, lo cual contamina más superficie.
Limpie el borde: limpie periódicamente el borde y la tapa interior del frasco con alcohol para eliminar la acumulación de crema donde pueden crecer las bacterias.
Conservar en un lugar fresco y oscuro: mantenga los frascos alejados de baños húmedos y de la luz solar directa para evitar la degradación de los ingredientes.
Consejo profesional para "La última gota": Usa una espátula pequeña y flexible para raspar hasta el último resto de crema de los lados y el fondo del frasco. Para frascos de vidrio grueso, un cepillo pequeño de silicona también puede ser efectivo.
Reglas generales para todos los envases de productos para el cuidado de la piel
Lávese las manos: comience siempre con las manos limpias.
Mantenlo seco: evita que el agua gotee sobre tus productos ya que puede generar microbios.
No decantar: Evite transferir productos a diferentes recipientes a menos que estén específicamente diseñados para su almacenamiento (como botellas con bomba sin aire para recargas).
Observe y huela: si su producto cambia de color, textura o desarrolla un olor extraño, es hora de desecharlo, sin importar cuán higiénico haya sido.
Siga la PAO: Busque el símbolo de Periodo Después de la Apertura (PAO): el ícono del frasco abierto con un número y una "M" (p. ej., 6M, 12M). Esto le indica cuántos meses es seguro usar el producto después de abrirlo.
Conclusión: La higiene es parte de tu rutina
El cuidado de tu piel es tan bueno como su conservación. Al adoptar estos sencillos hábitos de higiene, proteges tu inversión, te aseguras de que tus productos funcionen correctamente y, lo más importante, proteges tu piel de bacterias dañinas. Un poco de cuidado extra con el empaque marca la diferencia entre un producto que funciona y uno que simplemente caduca.